Sobre tranvias subterraneos.



Historia de los subterráneos.

En el número anterior describimos las particularidades de los coches motor, en la actualidad podemos ver una versión de estos mas reducidas en las formaciones de los subterráneos para servicios urbanos.
Siguiendo con la temática “Ferro filatelia” describiremos los inicios del subterráneo y evolución en nuestro país.
La primera ciudad en habilitar el primer servicio de subterráneo fue Londres [Laos Yv 1074], en el año 1863 inauguró el primer túnel subterráneo en el mundo. Su inicio acarreó grandes problemas, como el de vencer el venteo del humo de las locomotoras a vapor y calderas a carbón, tan ruidosas y tiznadas.



1993 - Laos Yv 1074 Metro de Londres

Atenas fue la segunda ciudad en contar con un subte, en 1869. Luego le seguirían: Estambul (1875), Viena (1893) [Austria Yv 1397], Budapest (1896) [Hungría Yv 2094 ] y Buenos Aires, sería la primera ciudad latinoamericana en implementar aquel moderno sistema de transporte urbano, que demostró ser el medio más eficaz, rápido, seguro y no contaminante.



Desarrollo del subterráneo en Argentina
Los debates sobre la necesidad de construir un sistema de transportes subterráneos en Buenos Aires comienzan a fines del siglo XIX, en directa

relación con el sistema de tranvías [Pt. 1437]. Éstos operaban desde 1870, y hacia el 1900 se hallaban en una crisis agravada por la monopolización de las empresas, proceso iniciado frente a la electrificación de este sistema. En ese contexto surgen las primeras propuestas y pedidos de concesión para la instalación de subterráneos: el primero, en 1886, cuando una casa comercial solicitó al Congreso de la Nación construir un "tranvía subterráneo" entre la Estación Central del Ferrocarril (que se hallaba junto al ala norte de la Casa Rosada) y la Plaza Once.


1983 – Pt 1437 Tranvía de Bs. As.

La empresa Anglo Argentina, sería la empresa concesionaria en emprender aquel desafío. La primera línea atravesaría los barrios de Balvanera y Almagro, de este a oeste. La concesión a esta empresa fue otorgada el 28 de
setiembre de 1909. Ella tendría la construcción y explotación por un término de 80 años de las tres primeras líneas subterráneas de la ciudad.
Plaza de Mayo – Plaza Miserere (Conocida como línea “A”, actualmente llega a Carabobo).
Retiro – Constitución (Conocida actualmente como línea “C”). Se puede apreciar sus frisos decorativos en el sello Pt. 2080/81.
Plaza de Mayo - Plaza Italia (No Construida).

Línea “A” Plaza de Mayo – Plaza Once.
La primera de las líneas, en su etapa inicial (Plaza de Mayo - Plaza Once), comenzó el 11
de setiembre de 1911 y se inauguró sólo con 5 meses de retraso, el 1 de diciembre de 1913 [Pt. 1719]. El segundo tramo (Once - Caballito), se abrió al público el 1 de julio de 1914.
Con el estallido de la Primera Guerra Mundial se concedieron prórrogas para la ejecución de las otras dos líneas, pero finalmente, al no cumplir con esta parte del contrato, caducó la concesión. La obra, a cargo del Ing. José Pedriali y el Ing. Raúl Ramme en la dirección de los trabajos, se hizo por el método de zanjeo a cielo abierto: un tajo de este a oeste a una profundidad de 4.35 metros. Un total de 1500 obreros, trabajaron durante 26 meses; se utilizaron 19.000 toneladas de cemento, más de 13.000 toneladas de barras de hierro. Seis hombres perdieron la vida durante esta etapa, los cuales quedaron sepultados por derrumbes.
Con los 440.000 metros cúbicos de tierra que se sacaron, se rellenó los bañados de Pereyra, de Flores y de los bajos portuarios. La distancia entre las estaciones es de aproximadamente 400 metros (Cuatro cuadras). Los muros fueron revestidos con cerámicos de hasta 3 metros de
altura, con listones de distintos colores según
Cada estación, al igual que los marcos y las puertas. La estación Congreso lleva el color bordo; Pasco, el verde Nilo; Alberti, el marrón; Miserere, el azul; Loria, el anaranjado; Castro Barros, el verde oscuro y Río de Janeiro, el gris. La estación Perú conserva el estilo inaugural, con iluminación incandescente, tulipas rococó y carteles publicitarios de principios de siglo. La estación Primera Junta, permite mediante una rampa doble, la salida de coches a la superficie (actualmente usado para transportar unidades a los talleres de Emilio Mitre al 500).
Los primeros servicios contaron con 50 coches eléctricos, 3 de origen inglés y 46 belgas, agregándose 34 más a fines del año 1913 y 36 en 1919. El color de los coches era azul-celeste. En 1927, cuando se decidió cancelar el servicio mixto “subte-tranvía” que se prestaba gracias a la rampa de Primera Junta, los 115 coches existentes en ese momento fueron reformados a su formato actual. Noventa y siete años después siguen dando servicio. Como medio de acceso al servicio se implementó un boleto, similar al del tranvía, el cual era controlado por guardas al ingresar al andén. Mucho tiempo más tarde, se instalaron los molinetes y se usaban las monedas de 10 centavos para el ingreso, luego fueron reemplazadas por cospeles metálicos y actualmente por tarjeta magnética. Con la creación de la Corporación del Transporte de Buenos Aires en el año 1936, la ciudad absorbió la concesión de la Anglo Argentina, entablándole ésta un juicio al Estado Argentino que terminó recién en el año 1965 y le costó al pueblo 7 millones de libras esterlinas, pagándose de tal forma que la última cuota fue saldada en el año 1981.
En la actualidad las líneas de subterráneos se siguen expandiendo, no solo para cumplir con su rol de transporte urbano, sino también como un medio para transmitir nuestra cultura y arte, un ejemplo son los murales cerámicos que podemos apreciar en las estaciones, la filatelia Argentina a retratado tres de ellos en las emisiones del.14 de junio de 1980 HB 42. Pt. 1222/35 mural de la línea “D” Catedral, 25 octubre de 1980 H B 45. Pt. 1261/1274 mural de la línea “D” 9 de julio y 21 de mayo de 1988 Mural “los cereales” Pt. 1686/1689.